miércoles, 18 de mayo de 2011

Todavía quedaban algunas mariposas dando vueltas, el brujo las cazó y las transformó en semillas de colores.
Con ellas hizo un collar que vendió a una desprevenida transeúnte...
 El collar estaba hechizado... 
Nos embrujó a nosotros, envolviéndonos en la niebla, encandilándonos... 
Terminamos jugando con él, combinando besos y colores, palabras y miradas...

Cuando se fue, revisó su cartera, asegurándose que no lo olvidaba...
Pero claro, como ella iba a saber de que se trataba el hechizo, que lo importante no es que no se olvidara del collar, que lo que tenía que tratar era que entre tanta niebla y besos no se le hubiera caído una parte de ella en él...

2 comentarios:

Lila Biscia dijo...

precioso.
muy dulce.
siempre dejamos cosas nuestras, en cada él... asi es como nos vamos desarmando.
quizas ahora que pienso, los duelos son eso: volver a recuperarlas, no?
debe ser re basico lo que digo, lo se, pero uf... cuesta cacharla!

besos :)

La Chica dijo...

Gracias!!!!
Que lindo cuando una puede transmitir a los demás lo que quiere decir...

No te creas que es tan básico lo que decís, hay gente que se pasa una vida sin entenderlo...
Tal vez sea la misma gente que no entiende que cada vez que amamos nos desarmamos un poco o que no compra collares hechizados!!!!

Besos!!!!