domingo, 27 de febrero de 2011

Hoy

Hoy estoy concuspicente.
La labilidad de mi estado de ánimo me prermitiría recorrer tu cuerpo hasta olvidarme del tiempo y llegar a ese lugar que solo deja espacio para dos cuerpos en trance hipnótico, que provoca pupilas dilatadas y nos lleva lejos.
Nos conduce hasta llegar donde no hay vos y yo porque por un momento alcanzamos esa complementaridad imaginaria de dos formando uno, cada cual dueño del cuerpo que roza.
Pero nunca es suficiente, nunca.
Porque sabemos que cuando termine volveremos a ser solo yo y vos, él y ella. Me sentiré morir en ese breve instante en que te retiras de mí para echarte a un costado. Y allí estaremos, tan cerca y tan lejos, hombre y mujer, tratando de engañar lo inexorable de lo real, que nos enrostra que nunca llegaremos a un acuerdo; lo que significa que tal vez tus ojos que me miran embelesados correran detrás de otros, o los míos, que observan con recelo como me miras, se distraigan.
Pero hoy estoy concuspicente y esas nimiedades del después no son las que me preocupan.
Hoy te quiero YA y eso es todo lo que me ocupa.

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