miércoles, 7 de julio de 2010

¡BU!

En una de sus novelas Don Mario sostenía que "no es buena una vida sin fantasmas, una vida cuyas presencias sean todas de carne y hueso"...
Yo tengo una amplia colección de fantasmas, algunos encontrados, otros fabricados por mi misma... A varios pude asumirlos, tratarlos y abandonarlos a fuerza de lágrimas y terapia... Con los otros convivo como con las personas, congeniando a veces, maldiciéndolos otras.
Hay gente que prefiere no acumularlos, personas que se sienten abrumados si se le juntan y se aíslan de todo lo nuevo tratando de expulsarlos.
Mi amiga tiene otro tipo de fantasmas, distintos de los míos.
Los suyos son los de sus muertos queridos, que la acompañan en todo momento. La última vez que fue a casa mi concubina al despedirla le pidió que no se olvidara de llevárselos con ella. No es que no le gustaran, solo que esa noche dormía sola y no era cosa de tener que andar soportando fantasmas ajenos.
Y así se fue ella con sus espíritus al hombro, tan contenta de tenerlos a ellos para no ocuparse de su vida... 
Estas cosas me hacen reflexionar... asunto delicado el de los fantasmas... sobre todo cuando, jodiendo a quienes los padecen, le revuelven la existencia a los demás...

1 comentario:

Oli! dijo...

Quién mierda querría una vida sin fantasmas???