jueves, 15 de julio de 2010

Línea A


Me siento en el banco de madera, contra la ventana.
No logro entender tus fantasmas, pero tampoco quiero hacerlo. No me interesa más rumiar cosas viejas. Hoy quiero dejarme llevar.
Entonces me niego a pensar en vos.
La bocina avisa que arrancamos y me horrorizo haciendo cálculos, concluyendo que tus labios fueron los últimos que tocaron los míos.
Mientras el subte apura el paso y me pierdo en la pared que corre cada vez más rápido, me niego a reconocer que teníamos charlas interesantes.
 No, no y no.
Pero de tanto decirlo termino renegando esa misma negación.
Y mientras camino por la estación pienso en la futilidad de esta rebelión inútil, que solo se alza contra tu persona para recordarla un poco más.

P.D: Mi cabeza tendría que tener una etiqueta de esas de transporte de material peligroso.

2 comentarios:

loro711 dijo...

Me gustó lo de la etiqueta.

Me inclino ante Ud.

Karu dijo...

Muy lindo blog, seguiré vistandolo.
Saludos