Cuando aparezcas de nuevo... ¿No querés detener un momento mi mundo?
Te lo puedo dar para que lo sostengas en la palma de tu mano. No es tan feo: mil tonos de verde, redondeado imperfectamente. A mi se me antoja algo tierno y suave, como los conejitos de Cortázar.
No reniego de él, es que a veces gira tan rápido que me marea y hace que necesite un poco de tiempo.
No mucho, solo unos momentos nada más: bajo un poquito, camino por ahí, te doy algún beso y en 5 minutos subo de vuelta...
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