A 4 pasos...

Sábado...
Me niego a levantarme a las 9:00 hs de la mañana de un sábado, cuando no tengo nada más que hacer que dormir y dormir...
Doy vueltas en la cama y, como siempre en ese estado, empiezo a perderme en mis sueños diurnos...
Entonces pienso en él (chico de cara cuadrada) y comienzo un diálogo imaginario donde solo yo hablo, por supuesto...
De a poco lo estoy logrando: haciendo el recuento de todo lo que quiero contar de mí, me empiezo a entredormir.
Me tapo la cabeza con la frazada mientras me acomodo en la almohada y cuando ya estoy por caer en los brazos de Morfeo me escucho diciendo:

"Yo con vos estoy a 4 pasos del amor: una distancia razonable, pero que se puede recorrer fácilmente..."

Solté el suspiro mientras la frazada volaba por los aires, y salí corriendo a hacer el desayuno...
Ese sábado anduve tanto que cuando me acosté me dolía todo el cuerpo...

Mal que me pese no son estas épocas para andar escuchando a mi Icc.

A veces se corre tantos riesgos haciendo 4 pasos...

Había una vez...

Había una vez Ella y Él.

Él no lo admitía, pero por su profesión tenía algo de Dios: de su mano muchas veces dependía lo que podría pasar con una persona.
Y aunque no lo asumiera explicitamente, había en su persona un dejo de soberbia, una frialdad que dejaba en evidencia cierta superioridad.
Pese a eso no se llevaban tan mal.
Ella a veces quería saber de su vida y él le contaba lo ocupado que estaba.
Y un día gris y frío le escribió: 

"Debes estar corriendo como siempre mientras yo miro el río con niebla y se me ocurren un montón de cosas que hacer un día como hoy. En fin, esa es la diferencia entre Dios y los simples mortales. 

Besos"

Y se fue de viaje.
Y encontró un simple mortal con quien hacer cosas entre la niebla.

Y colorín, colorado...

Todavía quedaban algunas mariposas dando vueltas, el brujo las cazó y las transformó en semillas de colores.
Con ellas hizo un collar que vendió a una desprevenida transeúnte...

 El collar estaba hechizado... 

Nos embrujó a nosotros, envolviéndonos en la niebla, encandilándonos... 

Terminamos jugando con él, combinando besos y colores, palabras y miradas...

Cuando se fue, revisó su cartera, asegurándose que no lo olvidaba...
Pero claro, como ella iba a saber de que se trataba el hechizo, que lo importante no es que no se olvidara del collar, que lo que tenía que tratar era que entre tanta niebla y besos no se le hubiera caído una parte de ella en él...

Lo sabemos...

en este momento vos no sos para mí, ni yo soy para vos.

Pero aún así nos divertimos: yo, escandalizándote con mis declaraciones, mis mensajes; vos, haciendo acuse de recibo...

Tirados en la cama nos reímos sin tocarnos...

No somos el uno para el otro, no hay viceversa.

como me gusta ser yo cuando estoy con vos...

SaUdADes

Cuando se está a dos pasos del llanto es cuando todo pesa...
Pero pesa por no estar, por sentir todo en el aire, sin nada que nos ancle a algún lugar...
Y en el intento de que que algo quede fijo, de la necesidad de tener un punto de referencia se paren los actos desesperados; las palabras que nunca deben decirse; las charlas que terminan demostrando que, cuanto más intentamos acercarnos, más grande es la distancia que nos imponemos...
Y todo se vuelve un círculo vicioso, cada vez más lejos, cada vez más frío...
Y la saudade que envuelve, acuna, desconcierta...
Y el llanto a un paso...
Cada vez más cerca...
Más y más...